Como sabéis, cuando Platón regresó de sus correrías por Sicilia, compró unos terrenitos cerca del río Cefiso, a las afueras de Atenas, donde los fines de semana van los jóvenes ( y no tan jóvenes) a desahogarse con las muchachas del Pireo, y fundó su famosa Academia.
Como directora nombró a su hermana Potone (casi, casi) ¡menuda arpía! y poco después me contrató para impartir clase.
Pues bien, el otro día a primera hora, nada más sonar el timbre me llevé a mis alumnos al aula de informática, supuse que alguno andaría por el insti buscándonos, pues no les había advertido previamente y salí para recoger a los despistados; había una alumna dando vueltas por ahí y la llevé a mi clase, cuál sería mi sorpresa al comprobar que de pronto entró ¡LA SEÑORA POTONE! y con un gesto indicó a la susodicha alumna que abandonara el aula, instante en el que yo pregunté porqué........¡Craso error ! Pues yo no sabía que cuando la señora directora entra en el aula, no necesita aclarar nada, solo tenemos que obedecer. (Me lo dijo al día siguiente).
El próximo día que entre de esta forma le diré: ¡señor sí señor ( o señora)!
¿Por qué en todas las malditas profesiones hay gente que piensa que es superior a los demás?
¿Por qué en todas las malditas profesiones hay gente que piensa que va a heredar?
2 comentarios:
Sus actos hablan por ellos. Lo peor es que para mantener esa posición pierden todo sentido de la realidad (o estás conmigo o contra mí).
Me consuela pensar que debe ser muy complicado y agotador vivir para mantener ese status. Y lo mal que lo pasarán cuando ese efímero poder tiembla. ¡Qué penita me dan! ¡Pobres desgraciados/as!
Si eso pasa en mi insti, al día siguiente salimos una vez más en los periódicos, que este año somos más famosos que los infantes de las Españas y la Casa de Alba juntos.
Además ¿pa qué preguntas?
¡ay, con la curiosidad femenina!
(Esto último me va a suponer un aluvión de críticas, lo veo venir)
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